El día estuvo lluvioso. En Barranquilla cuando llueve, nada sirve. Pero eso no impidió que mi amigo llegara mojado y que las viejas boletas de Combarranquilla sirvieran para entrar.
Sentirse identificado con las pelis es una vaina complicada. Ya me ha pasado con otras. Me vi. Lo vi a él. Vi al resto. Pensé en la iglesia de la inclusión. Pienso en las vergüenzas por mis diferencias físicas y mentales; de enfermedades recurrentes y doctores comprensivos y medicamentos interminables.Recordé las burlas de los demás y de sus alegrías por mis fracasos. Me alegré con la venganza de Ben y lloré cuando su padre lo abrazó cuando se mató artísticamente. Soñé en hablar sólo -como él -, y saber todas las formas de matarse (101 tiene Ben) y optar por la más sublime que cautiva todas las miradas. Lo haría de esa manera.
Y pensé en ella. Pero pensé en ellos, los que existen sólo en tu cabeza y que no pueden ser vistos de los demás. Palabras que sólo uno entiende. Ideas que sólo uno hace. De juegos y códigos que sólo unos cuantos pueden leer con facilidad. Quedé más freaky con esta peli y quizás ésta es la entrada menos organizada pero la más gutural. Le he puesto a esta película un nueve (9) en una escala del 1 al 10.
Dedicado a dos de mis mejores amigos; terminados con X.