Éste es el volumen II, en donde Laura me cuenta cómo ahora su ex es su amigo de nuevo y cómo se ha superado El Caos. Laura ahora bajas pelis en la Internet y va a la cinemateca. Era discípula de Alba Marulanda, quiere ir al piso 26 y su ex-novio es Jaime, mi mejor amigo. (Éste fue escrito ya pasado El caos)
En estos últimos meses he confirmado que las relaciones se fortalecen con los años. Van cambiando, madurando y, a medida que las circunstancias cambian, también cambian los lazos de amistad; se hacen más fuertes, evolucionan o desaparecen. Nuestra amistad ha sido afectada de muchas formas por las circunstancias: la afinidad se convirtió en cariño, el cariño en amor, el amor en intolerancia (no quiero decir odio), la intolerancia en perdón, el perdón nos hizo volver al cariño. Probablemente, sea como alguien dice: ...tenemos una historia. Conocemos de forma exclusiva áreas del otro y eso es, a pesar de lo que haya sucedido o pueda suceder, lo que hace que hoy día seamos parte de la vida del otro.
Cuando sucedió lo que llamé caos, quise desaparecerte de mi vida y, de paso, de la faz de la tierra. Te odié. Odié tenerte en mi historia. No soportaba ni siquiera oír tu nombre. Por un tiempo me funcionó pero de nuevo las circunstancias me hicieron ver que nada debía tener en tu contra y entendí eso que siempre había escuchado, e incluso alguna vez también dije, el perdón es una decisión. Exactamente eso hice; tomé la decisión de primero perdonar y luego, pedí perdón.
De los dos han dicho muchas cosas: cuando éramos amigos, que parecíamos novios; cuando éramos novios, a veces que no pegábamos juntos y a veces que éramos el amor de la vida del otro; de enemigos que ya ni amigos podíamos ser. Ahora, qué bacano que después de semejante caos, podamos hablar sin querer matarnos.
Creo que somos amigos, aunque confieso que existen reservas; por lo menos, yo las tengo. Dudo a veces, no de tus buenas intenciones, sino que podamos ser realmente amigos. Me preocupa tener aún el poder de herirte y usarlo. Me preocupa no estar ‘claros’. ¿Cómo es ser tu amiga? Es sorprendentemente grato. Disfruto serlo y creo, al pensar en las personas que tengo a mí alrededor, que hay cosas que sólo a ti te diría y cosas que sólo me permito contigo. A veces, no me atrevo a decirte amigo, pero algo me dice que eso es lo que eres: mi amigo. De alguna extraña e irónica manera volvimos a eso, a las caminatas luego de