MICHE
El profeta
Él dice ver demonios, todos le creemos. Ha luchado contra ellos y ha salido vencedor. El profeta habla de Dios. El dice que el Señor le dice mijo y le da indicaciones claras cuando se tiene que inyectar.
El profeta se inyecta. Él es diabético y depende de la insulina para estabilizarse el azúcar. Es una enfermedad que he aprendido a detestar, me aterra pensar en órganos que se atrofian por culpa de ella, en piernas amputadas y ojos que no pueden ver. He peleado con el profeta, le he gritado para que se cuide. Él no quiere hacerlo. Claro, es problema de él si se muere, eso dice él. Asegura de un Dios que lo sanará y ¿si no lo hace… ? Ese es mi problema, por mi falta de fe, eso le entendí.
amor y amistad: amigo gordo y fofo
Con temor lo hice. Luego, lloré en su hombro.
Tal vez él no es el prototipo de un mejor amigo. Si pudiera cambiar algo en el pasado –una de tantas cosas- sería eso. Jaime es el tipo de persona que uno no podría querer: es imprudente, orgulloso, autosuficiente, cree tener la razón, destructivo, tiene fama de manipulador, incumplido, sus palabras no suenan sinceras muchas veces; a pesar de eso, es mi amigo porque hemos compartido los mismos dolores, las mismas miserias y la magia del saber mucho de la vida del otro. Lo admiro y amo de verdad, muy en contra de lo que no dice y de lo que dice, de las promesas que no cumple y también de su yo tengo la razón, que he llegado a odiar.
Él tiene razón en algo: es gordo y fofo, pero es mi mejor amigo.
amor y amistad: Un día antes del acto cívico
Comencé a dar clases en noveno grado. Hoy tocaba religión y no tenía mucho material preparado. Los alumnos de noveno organizan la fiesta del amor y amistad; me pidieron, por tal razón, un tiempecito antes de mi clase para finiquitar asuntos referentes a la comida. Noveno grado no jugó al amigo dulce, aduciendo falta de plata pero es más bien, falta de disposición. Tales personas llevarán pan tajado; otros más, las mortadelas; otros, el queso; y así sucesivamente dándole obligaciones a todos en el acto.
Cuando terminaron, me dispuse a realizar una dinámica. Ellos aceptaron. La dinámica –que pensé iba a ser en buenos términos- culminó mal. Gritos, insultos, apodos viriles, y un niño con odio e ira incontrolada, a punto de golpear a una niña que lo retaba haber si era tan chachito.
Estuve en la mitad de los gritos y mandé al grupo a la rectoría. En medio de ofensas, alcanzaron una matrícula condicional. Estos jóvenes me caen bien pero tienen un problema en su comportamiento indomable. Es irónico que, en víspera de amor y amistad, estas cosas ocurran: ni amor ni amistad.
amor y amistad 3
No obstante lo anterior, no pasó más de eso. ¿Que si lo lamento? En momentos de soledad. ¿Que si ella cambiara de opinión ahora qué? No creo que ocurra nada. ¿Que si pudira cambiar el pasado? Lo haría; sin embargo, no se puede. Por eso sigo con mi vida y Sheila con la suya. ¿Que si la quiero? Sí, pero es sólo el cariño de la amistad y de las banquitas en la u. De las tarde cuando oramos juntos o cuando lloramos por las frustraciones de la bendita existencia. O talvez, cuando cantábamos juntos a Montaner o nos escapábamos para comer algo mientras hablábamos de la iglesia.
En estos días recordamos esos días y, sentí pesar por mí. Por las canas que caerán en mi cabeza, idealizar más de la cuenta, tomar decisiones incorrectas, dar más de lo que me pidieron y esperar más de lo que prometieron.
La quiero, es mi amiga. No sé si tanto como antes pero mi amiga. Puedo creer en ella aún, anhelo verla bien, deseo que se case y sea feliz y que tenga a Dios cerca.
Pensé en casarme con ella, pero ya ven, la vida no es así. En serio, ya no la quiero, pero cuánto la quise. Ya no la quiero, pero talvez la quiero. Es tan corto el amor y tan largo el olvido. (Malparafraseando a Neruda)
amor y amistad2
amor y amistad 1
El teléfono sonó otra vez. "Cuéntame" le dije, a lo que prosiguió: "En cuanto al saludo, tengo que decirte que no se va a llevar a cabo porque eso se acabó" dijo. Desde ahí comenzó a decirme todo lo que había pasado y cómo había sido infiel a sí mismo. "Lo peor amigo es que muchos sabíamos que eso iba a pasar", le compartí. "Era obvio, David", afirmó.
Me habló de cómo se sentía hoy y me habló -y pienso- de los amigos que ella nunca tuvo. Esos amigos no de cosas bonitas sino amigos de verdad. Con los que uno se compromete, te ponen en crisis, te confrontan, te aman.
Ahora que lo pienso, deben ser amigos más allá del estúpido amigo dulce, amigo secreto, amigo de sal, amigo de cagá, amigo de cualquier mierda que incluya plata. Este mes logra que uno cuestione si en realidad ha sido un buen o mal amigo. ¡Gran patraña! Ya no lo sé si lo soy y no tiene nada que ver con el septiembre infernal de Barranquilla.
Plus: videíto de Ariel y su mamá. El grito ancestral.