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viernes, noviembre 26, 2010

TREINTA COSAS QUE DEBERÍAN PASARLE A UN TREINTAÑERO

Publicado por Yo soy Escribidor |




A Laura Puerta

Hace dos años me dijeron que algo importante iba a ocurrirme en mis treinta años; y ahora, ad portas de ésta, decidí escribir asuntos que podrían pasar. Algunas afortunadas, pero la mayoría llenas del infortunio:

1. Encontrarme el boleto del Baloto y que me lo gane.
2. Descubrir que tengo una hija de 5 años y se llama Yurleidys.
3. Incendiar "accidentalmente" la iglesia con todos los miembros dentro. Repito: accidentalmente.
4. Que el nivel de canas aumente y que me termine pareciendo a Jorge Enrique Abello.
5. Que me descubran viendo porno.
6. Como me gané el Baloto, viaje a Las Vegas.
7. En Las Vegas me emborraché y gané el doble de dinero en un casino.
8. Debido a la borrachera, descubro que me he casado con una puta.
9. Quien me casó era un man disfrazado de Elvis.
10. Las fotos las publicaron por Internet.
11. Que debido a esto salga de un clóset con una camisa con la cara de Ricky Martin y Tiziano Ferro.
12. Que por todo lo anterior, me echen de la Escuela de la iglesia.
13. Que el Drummer y Briam aprendan a bailar, que Pierre responda en el Facebook, que Coelho se gane el Nobel.
14. Que me cague un pájaro y luego me golpeé el dedo meñique del pie.
15. Que me quede calvo como Daniel M., y decida bailar Hip Hop.
16. Que decida mejor bailar mapalé en el Carnaval.
17. Que debido a los movimientos, me joda la columna nuevamente.
18. Que me tenga que operar otra vez.
19. Que, por un error, deciden hacerme una cirugía plástica.
20. Cuando despierto, tengo las nalgas como mi mamá... y sigo jodío de la columna.
21. Que la gente descubra los productos de belleza femenina que uso (incluyendo las cremas y los jabones)
22. Y midiéndome el pene.
23. Que Uribe sea presidente otra vez.
24. Que consiga una novia que no sepa bailar.
25. ¡Que le gusten las peleas en lodo! Con tanga y con otras mujeres.
26. Que Uribe se vuelva el rector de la Universidad del Atlántico.
27. Y que me echen a mí y a Jubeis por vínculos con la Farc.
28. Que me gane un viaje por el mundo.
29. Y que por el mundo se entienda los municipios del Atlántico.
30. Que Blogger me vete y me cierre los blogs.


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Nota: El pasquín de arriba, alguien me lo regaló. Es acerca de mí y para verlo hay que darle clic para leerlo con detenimiento.

viernes, noviembre 19, 2010

¿CUÁNDO PERDEREMOS LA BATALLA?

Publicado por Yo soy Escribidor |


Ya no los llamo como a los sirvientes, porque el sirviente no sabe lo que hace su jefe; por el contrario, los llamo amigos,
porque yo les digo todo lo que el Padre
me ha dicho, y ustedes conocen todo eso."
Juan 15:15

Cuando yo te diga algo y tú digas que no te importa.
Cuando haya algunos temas y preguntas innombrables.
Cuando nos digamos que no nos debemos explicaciones.
Cuando la ira sea mayor a la razón.
Cuando nos cueste perdonarnos.
Cuando peleemos más de lo que podríamos disfrutar la compañía.
Cuando seamos incapaces de negociar.
Cuando nos gritemos más fuerte, minutos antes de tirarnos el teléfono.
Cuando nos demos cuenta que no nos duelen los desaires del otro.
Cuando ya no nos extrañemos en los días largos.
Cuando creamos que lo de cada quien es más importante que lo del otro.
Cuando nos echemos de las casas, de las llamadas, de los actos.
Cuando digamos: ¡Tú no eres nadie!
Cuando no nos podamos regañar.
Cuando siempre haya más excusas que realidades.
Cuando creamos que el otro considera que le somos molesto.
Cuando en realidad lo seamos.
Cuando no haya más razones para estar juntos.
Cuando nos mintamos cuando no sea necesario.
Cuando no nos llamemos por muchos días para pedirnos perdón.

miércoles, noviembre 03, 2010

FORNICAR CON LA VIDA

Publicado por Yo soy Escribidor |


Quiero fornicar con la vida. Quiero que su sexualidad me envuelva completamente.

Sentir el desgaste de su peso sobre mí cuando he decidido no amarla.

Quiero fornicar con la vida; con su mente liberta, con sus senos jugosos, con su cuello equívoco. Fornicar por su indiferencia, por su silencio sepulcral, por mis lágrimas en su espalda.

Besar los muslos de un largo camino, sus ojos de otras épocas, sus manos engañosas y sus palabras ligeras.

Quiero y sólo quiero tratarla con violencia, con sexo prostituto, con ira de ida y venida.

Sentir el golpe anterior al cielo y sentir el posterior en mis entrañas; bañándola con el ungüento de mi desprecio.

Con ella. Dama altiva. Mujer de todos. Justiciera. Vida mía.

Quiero fornicar con la vida aunque a ella no le importe, y que ella misma ande por el camino que todos dicen: la vida sigue
Autorretrat0:Safe Creative #1011037759020

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miércoles, octubre 20, 2010

Nota aclararatoria y momentánea

Publicado por Yo soy Escribidor |


En estos afanes próximos que me producen cumplir años, he decido apologizar los treinta años. Espero escribir y tomar fotos en relación con esto. Para mi cumple todavía falta más de un mes, pero quiero hacer de esto algo que sea más allá de la crisis obvia que me puede dar. Después de todo, uno no cumple treinta años todos los años. Así espero mostrar un poco de sexo, alcohol, drogas y religión. No, mentiras, vamos a ver cómo nos va.

Safe Creative #1010207624229

martes, septiembre 14, 2010

Cuento

Publicado por Yo soy Escribidor |

A estas horas de la noche, me sorprendo de tener mi propia microficción en otro blog que leo. Pásense por allá. Les dejo la inquietud en Esteban Dublín.
Gracias al man que me hizo el cuentecito. Me gustó.

miércoles, septiembre 08, 2010

Excesos TRES: Es ese el amor no correspondido

Publicado por Yo soy Escribidor |

“Y sólo entonces había comprendido que un

hombre sabe cuando empieza a envejecer

porque empieza a parecerse a su padre.”

Gabriel García Márquez

Cuando pienso en los excesos del amor, recuerdo y quiero ponerme a pensar, con la mano en el corazón, si lo he recibido de mis padres. Con ellos se marca, no tan claramente, la línea del odio y del amor: No podemos dejar de amarlos sin dejarlos de odiar; y los odiamos sin dejarlos de amar, y también pensamos –sólo deambulamos – que tal asunto ocurre de igual manera con ellos.

Lo veo en mis tristes padres de mi niñez y con un amor imposible de asimilar ahora de grande. Es un amor irrecordable, y sólo por ello, no divisamos el odio.

Lo sentí en mi adolescencia, en mi rebeldía esporádica y en la realización de mis propios deseos, y en la naciente frustración de mis padres por yo ser su hijo. Se golpea el muro de la realidad cuando el pelao no quiere ser médico, o cuando la niña no le importa la fiesta de quince, o cuando los amigos no parecen cumplir los requerimientos que se inventaron para sus hijos de bien. Se comienza a ver, en la juventud-adulta, sus palabras, el desamor y la costumbre: un amor que se acostumbra a los días. Ya uno tiene noción del odio y tiene claridad del de ellos hacia sus hijos.

Me resulta complicado creer a ojo cerrado en la transparencia y amor de los padres. Me caga encima de mí, mi propio escepticismo cuando de buenas intenciones paternales se trata; en la enfermedad, en las lágrimas, que me huelen al mecanismo para expiar sus culpas, cuando sienten que sus hijos se van, y ven que quizás es su culpa, y tratan de remediar los adioses que muchas veces son irrevocables.

Con el paso del tiempo, el amor y el odio se fusionan y termina siendo todo una gran nostalgia por los años. Es una mezcla de consideración y de silencio, se puede creer que todo lo pasado se ha olvidado; pero no es así: es solo el tiempo que pasa y la vejez que llega. Se termina por comenzar a encariñarse; y el ciclo se repite para la posteridad: y juramos que no se repetirá aquello de que nuestros hijos nos odien, seremos diferente a nuestros padres, les daremos eso que no recibimos, les besamos la frente más a menudo, comeremos helados y les leeremos cuentos antes de dormir. Intentaremos no regañarlos tanto… de vez en cuando, pero no todo el tiempo. Y prometemos solemnemente no odiarlos nunca; los amaremos profundamente, y con el paso del tiempo, oraremos para que la fusión no se realice y que no sea demasiado tarde.

“Tú me has dicho que a mí me cuesta creer en la Gracia…

yo creo que a ti te cuesta creer en el amor.”

Esteban Josué Cárdenas

martes, agosto 31, 2010

Sin sesos para el amor no correspondido: Excesos 2

Publicado por Yo soy Escribidor |

“El simple hecho de no macerar el tema con palabras que se repiten

y se gastan y nos gastan, ese simple silencio nos irá ayudando,

nos ayudará a querernos como verdaderamente somos,

y no como tendríamos la frágil obligación de ser.”

Mario Benedetti


Como dije antes, a los hombres nos cuesta, como especie de analfabetismo emocional, amar. Sucede con los amigos. Yo desconfío de las amistades entre mujeres; simplemente, siempre me va a parecer hipócrita y pronta a la destrucción. Las féminas siempre compiten en medio de la amistad. Es falsa, por tanto, tanto cariño entre ellas.

Creo en la amistad de los hombres con las mujeres. Son estas amistades duraderas y profundas, se experimentan el paso de los límites y del respeto en una complicidad morbosa que no sólo tiene que ver con el sexo. Yo tengo amigas mujeres y eso es lo que sucede. Sin embargo –creo yo-, dado algún problema inconcluso, estas amistades, desde la perspectiva masculina, pueden olvidarse con facilidad. Luego de terminarse, el duelo es más llevadero. No quiere decir que uno no extrañe a las amigas, que en ciertos días fríos, en noches trascendentales, o remembranzas de historias pasadas, uno anhele y recuerde con cariño y hasta lamente el cruel destino que le tocó.

Ahora bien, la amistad que lo hombres evitamos profundizar es con personas del mismo género. Quizás porque, inclusive para nosotros, puede ser demasiado cuando dos hombres se aman estrictamente en el sentido profundo de la amistad. Los límites de confianza son traspasados más allá de lo obvio. Al principio manejamos una complicidad siniestra sin el beneficio de la feminidad de decirnos que nos queremos. Luego, cuando esto ocurre, la confusión andrógina nos abarca y ya no hay vuelta atrás.

Por ello, somos tenidos por mariquitas que no temen hacer sus espectáculos en público. Los hombres amamos incomprensiblemente cuando conocemos al Señor y esto es todavía más raro cuando son personas del mismo sexo en quienes se confía, necesita y se da el uno por el otro. Tal vez por eso cuando una traición se da, el dolor es tan profundo que se obvia el tema para no exponer el dolor. Siempre se brinda más y se espera más. Puede ocurrir de uno que ame más al otro; en este caso uno de los dos, se ha vuelto un estúpido con expectativas que nunca van a estar resuelta, y con la pena profunda de no exponerse.

Sí, nuestra masculinidad nos otorga el temor marica para no querer a otro de nuestro género y cuando esto pasa, nos desconocemos a nosotros mismos.


Nadie ha desarrollado una fórmula de Viagra que

inhiba impotencias diferentes a la eréctil,

ni los efectos de la misma vida. Ni siquiera los amigos…”

Jubeis Díaz Frías