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lunes, diciembre 31, 2012

SEIS

Publicado por Yo soy Escribidor |




“Me doy cuenta de tantas cosas, que la aritmética es falsa,

que uno más uno no siempre es uno sino dos o ninguno,

que nos sobra tiempo para hojear el álbum de los agujeros,

de ventanas cerradas, de cartas sin voz

y sin perfume”

Jubeis Díaz, en un mensaje de texto


   Me gustan los cuadros. Soy un fanático de los cuadros en muchas formas. Cuadros grandes en las camisas me pueden despertar extrañas alegrías. Me gustan los cuadros más que las rayas. Las rayas me parecen engañosas; sus angostas formas me resultan falsas. Cuando pretenden ser muchas, se arriman una a otra y dan la impresión de que forman cuadros, suponiendo que podrían darme una ceguera cierta. Pero estoy tan adiestrados en esto, que descifro sus intenciones banales: quieren estar en todos lados… son rayas.
   Los cuadros me gustan. Pero no podrían ser monocromáticos; tienen que ser cuadros que se bañen en colores, en diversidad cromática, en sentido de muchos sentidos y de sentimientos varios. Los cuadros me producen exactos cálculos, procesos medidos, procedimientos claros, la ley de la gramática española y el resultado algebraico de un binomio cuadrado perfecto. Las rayas, por sus partes, son como un camino sin fin, no tienen sobresaltos, son masivamente epidémicas, pueden gustar a cualquiera, aun cuando no presentan el motivo de su existencia.
   La vida con los cuadros (en todas las formas, en todas las texturas, en todas las medias, en todos los retratos, en todo lo todo, en todo) es hermosa, aunque peligrosamente adictiva: una vez que uno se enamora y vive con ellos, es difícil abortar su postura cuadrangular. He intentado, reiteradamente, huir de ellos, y adoptar rayas verticales, pero, a lo lejos, ellos me llaman, y me doy cuenta hasta dónde he caído, y vuelvo a su área. Área como de encaje de Tetris, de libros por tamaños, de zapatos arreglados y ropa en su lugar por colores, por tiempo exacto de dormir y angustia de soledad en cuatro paredes. De cuadrangular con forma de rombos, de cuadros que bostezan siendo rectangulares, de baldosas amarillas con rojo, de pinturas en paredes tristes, y de angustias cuadradas e indescifrables. 

Safe Creative #1212314268987

miércoles, octubre 31, 2012

PARÁFRASIS: JUBEIS

Publicado por Yo soy Escribidor |

Jube y David (2011)
"De la misma manera a Jubeis  le encantaban los líos inverosímiles en que andaba metida. En fin no es fácil hablar de ella ... me había llevado muy poco comprender que a la Maga no había que plantearle la realidad en términos metódico, el elogio del desorden la hubiera escandalizado tanto como su denuncia (...) Abrazado a Jube, esa concreción de nebulosa, pienso que tanto sentido tiene hacer un muñequito con miga de pan como escribir la novela que nunca escribiré o defender con la vida las ideas que redimen a los pueblos..."
Paráfrasis de Rayuela (1 y 2)
Julio Cortázar

martes, octubre 30, 2012

PARÁFRASIS: MANDUCA

Publicado por Yo soy Escribidor |

La Manduca y el Sandoval (2007)
"Tampoco era dueña, Manduca, de sus lágrimas. Una leve tristeza, el más lejano asomo de desdicha, un breve contacto con la otras ciudad, la de la peste, las desencadenaban sin que la valiera ningún esfuerzo para contenerlas. Igual la risa o la carcajada: se le soltaban con un ímpetu irreprimible, repentino. Y el rictus de la rabia, las arrugas de la impaciencia, el ceño de la preocupación, la iluminación de la alegría, toda su mente parecía reflejarse en su rostro como en un espejo. Era impulsiva para todo, para hablar, para alegrarse, para ponerse furiosa, para el entusiasmo, la ira o la depresión"

Fragmentos de Amor Furtivo,
Héctor Abad Faciolince

lunes, mayo 14, 2012

I AM SECOND. Real Stories-Changing lives

Publicado por Yo soy Escribidor |

He leído el libro que reza como en el encabezado, pero que traduciré en honor a mi idioma: Soy Segundo. Historias reales-Cambiando vidas. Este libro escrito por Doug Bender y Dave Sterret. Cuando digo escrito por ellos, en realidad es sólo una manera de decir, porque el libro es la recopilación de testimonios acerca de encuentros con Jesús, en el marco de un nuevo movimiento evangelístico llamado "I am second"; y el libro relata las experiencia que gente normal tiene al encontrarse con Dios. Al decir gente normal, también, se debe aclarar que existen, dentro de este libro, el testimonio de personas que, en otras latitudes, son famosos. Quizás, por estos lados del trópico, no lo son, pero habrá personas que sí (ignorante yo, en todo caso) los conocerán.
Por ello, encontramos historias que son de adicción, de violación, de dolor, de angustia, de milagros, de jugadores de NFL, de basquetbol, de andadores en patinetas, de mujeres tristes, de hombres incrédulos, de racismo, y de número de historias que, a mi parecer, me son muy humanas.
Tengo que reconocer -quizás un poco con vergüenza- que el libro me gustó. Veo a gente que sufre, que sale adelante, que lidia con el dolor y con la adicción (sexual, emocional, de drogas) y todo el círculo maravilloso de un Dios amoroso. Me habría gustado, sin embargo, que cada historia hubiera sido escrita, de puño y letra, por quien cuenta la historia; son más de tipo de entrevista, y esto es así porque, como dije antes, se plasman sólo algunas historias del movimiento. 
Resalto, en últimas algunas historias, que escribiré en mi propio idioma: "Mi otro padre" la historia de Shannon Culpepper, una hermosa narración de la dependencia en un hombre y el abandono de un padre. "Whispering Danny", un judío que encuentra a Jesús tras el accidente de un amigo. "Si el mañana nunca llega" de Tamara Jolee y cómo vivió el cáncer. Y las historias relatadas por Vitor Belford y Briam Sumner; sin duda, me gustaron.
Por todo lo dicho, considero que fue grato haber leído este libro. Que los otros sean así.
 I review for BookSneeze®

lunes, febrero 27, 2012

TRIBUTO A LA ESPALDA

Publicado por Yo soy Escribidor |

Amo a mi espalda. La amo ahora que la columna se esconde y no muestran, las vértebras, su imperio mayor.
Amo la montaña muscular a mi lado izquierdo, que fue levantada terremóticamente en un quirófano.

Amo a mi espalda con su cremallera de 38 puntos. Amo lo que de ella no se ve: las dos barras de luque, con los ganchos simuladores de una cárcel de púas; amo esto al tiempo que me disgusta cómo el arsenal metálico se dibuja por debajo de la piel, a la vista de cualquier impávido que se atreve a preguntar qué me pasó. 
Amo a mi espalda con el esfuerzo extra al alzar pesa; y la amo, sobretodo, cuando responde a las penurias del gimnasio.

Una espalda escoliótica que deja brecha al lado derecho con sus mayores grados de desviación. Una espalda inexplorada por alguna otra, que espera la libertad de poder agacharse sin técnica para no fregarse más. Viciada hasta el cansancio; excusa para la tranquilidad y la exoneración de las actividades extras. 

La amo con sus vicios sensibles a mi tacto que nadie podría descifrar. Amo a mi espalda como está, pero quizás la amaría con una forma diferente ahora; tal vez liberta de las torres en cada lado vertebral, cicatrizada con sus rayas, pero imponente como siempre.