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viernes, julio 29, 2011

JOE

Publicado por Yo soy Escribidor |


Poco antes de las once, la muchedumbre delirante que se asfixiaba al sol, contenida por una élite imperturbable de guerreros uniformados de dormanes guarnecidos y espumosos morriones, lanzó un poderoso rugido de júbilo. Dignos, solemnes en sus sacolevas y chisteras, el presidente de la república y sus ministros, las comisiones del parlamento, la corte suprema de justicia, el consejo de estado, los partidos tradicionales y el clero, y los representantes de la banca, el comercio y la industria, hicieron su aparición por la esquina de la telegrafía.
Los Funerales de Mamá Grande, García Márquez


Al hablar de muertes, es inherente a ésta, en esta ciudad, hablar de la más reciente: la del Joe Arroyo. Reconozco ser fanático de la música de él y creo que, sin duda, marcó en la historia musical de nuestro país. Asuntos que habrá algunos que dirán que no y, a esta altura, no importa; el man está muerto y su funeral y sepelio fue astronómico en la ciudad.
Es quizás aquello que me sorprende con gran asombro: el funeral.
Y es propio de las grandes muertes de grandes personas que susciten temas alrededor de él que sean mentiras, otras verdades y otras cuestionables.
Pero siempre salimos nosotros a determinar si el man que se murió merece o no el cielo, si es salvo, si no. Los cristianos nos debatimos en las dos aguas de la opinión para argumentar la posible muerte del cantante. Y decidimos a dedo su estancia en la eternidad, que no viene al caso, cuando se trata de resaltar su valor de tipo musical y su legado a otras generaciones.
Y si me pongo a pensar, quisiera que, de alguna manera, yo fuera reconocido en mi ciudad como el Joe. Que tanta gente pudiera aludir a mis recuerdos, cuando los míos se vayan. Que una multitud macondiana siga mi recorrido fúnebre hacia mi última morada en este mundo; del otro mundo, ya es cuestión divina.
Y siempre está quien juzga la música con la vida del músico. Y el valor de uno, no resta la importancia del otro.
De todas formas, pongo una cancioncita del Joe para que se la gocen.

miércoles, junio 15, 2011

ODIO AL DANCE HALL

Publicado por Yo soy Escribidor |


Mi sobrino fue a la cocina a buscar agua. Me sorprendió lo que cantaba a sus cuatro añitos: Contra la pared eee, contra la pared eee. Me cobijó el sentimiento de vejez y, además, la claridad que he dado un salto generacional. Aún así tengo que decir que tengo un odio fehaciente y visceral por el Dance Hall.
Todo comienza cuando la gente empieza a decir danzal debido a las incapacidades lingüística que supone otra lengua. Es un baile que, como su nombre indica, se da en un Hall y ahí, a falta de espacio, se recuesta el genital en una suerte de sexo con ropa. Odio ese baile tanto como las letras de las canciones de cantantes que no proponen nada: hablar de culeo, bareta, te la meto, me la chupas y cosas por estilo, sólo originan que los jóvenes, carentes de un desarrollo adecuado de su personalidad (y de sus etapas) crean que la vida es así. Que uno puede tener sexo con quien quiera y que cualquier mujer se la chupa a uno o le da el culo o cosas por el estilo.
Y termina la gente creyendo que los hombres somos una máquina de sexo y que somos más pene que cerebro. A larga se concluye que el pene es más cabeza que la cabeza.
Y termina creyendo la gente que las mujeres sólo sirven para el baile y para que uno se excite al son de las canciones carentes de peso argumental y crítico, cuando uno le recuesta el falo a la niña, pensando que ésta es más parecida a una estrella porno porque, a la larga, baila igual.
Reconozco no entender el respeto que alguno le profesan a la estupidez. Y al parecer muchos tantos, que no saben ni pronunciar Dance Hall, se olvidan que existe vida musical más allá de las letras irresponsables del danzal, y que, de alguna manera, quienes terminan criando a los pelaos son aquello que ven y oyen por ahí.
Si me preguntan, prefiero la salsa, el merengue, el rock, la balada, el vallenato y por el estilo, siempre y cuando no exista el hilo conductor de la vulgaridad. Y prefiero bailar -cuando lo hago: pocas veces- con alguien a quien sería incapaz de faltarle el respeto y que sé que nos une cosas que van más allá del contacto genital.
Por esto es mi odio: para que todos sepan que odio esta música, me produce urticaria, me da peso de conciencia, me da miedo traer hijos al mundo, es una gran mierda, si puedo decir.

jueves, junio 02, 2011

ODIO AL BLACKBERRY

Publicado por Yo soy Escribidor |

Para comenzar, tengo que enfatizar que este odio no tiene un fin especial con la marca. Es más: si alguien desea regalarme un Blackberry lo aceptaré sin oponer muchas resistencias. Pero lo que que sí odio, arraigadamente, dentro de los odios, que no sabré cuánto durarán, es lo que se ha generado en la vida por ellos.
Odio la incomunicación de la comunicación que proporciona la virtualidad. Odio que se cambien un lenguaje por un paralenguaje que a mí me resulta, muchas veces, incomprensible (Ej.: amr, komo sts, dnd, etc.) Odio que quienes tienen treinta mil amigos en Facebook, no son capaces de tener una conversación adulta con alguno de sus 'amigos' porque carecen del sentido que tiene la amistad: las caricias, palabras de frente y frases bien elaboradas, y porque resulta que ninguno de esos 'amigos' son amigos en realidad que les resuelvan nada.
Odio cuando todo se justifica porque todos lo hacemos y porque Tigo ofrece paquetes de mensajes a un precio razonable. No pretendo decir que yo no he utilizado los mensajes de textos, ni el Facebook o el Twitter, sino que al cambiar la realidad por una realidad que no existe, me parece nefasto para alguien que profese veracidad.
Odio que la gente (amigos, familia e inclusive desconocidos) lo desplacen a uno por alguien que no está presente y que sólo puede existir, en el mejor de los casos, en las teclas del Blackberry. Odio a quienes pretenden tener amoríos reales y ficticios por medio de lo que mal dicen en sus teléfonos.
Aun cuando no odiaría nunca un mensaje de texto cuando éste sólo confirma lo que en vivo se hace; esos tantos que recibo de quienes quiero.
Odio las mentiras que uno se dice acerca del peso, sexo, preferencias políticas, etc. Y odio que la gente no se dé cuenta que hay cosas más importantes en la vida que andar mandando mensajes todo el día. Alguien tiene que decirle a los demás: ¡No todos tenemos un pin!
Odio a quienes se reúnen en un sitio a mandarse mensajes entre ellos. Odio el odio a las distancias virtuales. No odio tanto el Blackberry como lo que sí logra en adolescente y jóvenes carentes de amor real y especial.
Hace poco, al no prestarle atención a B. por estar pegado al mesenger, B. me miró a los ojos y con carácter me dijo: ¡Hey, préstame atención! Con quien chateas no existe, no es de verdad, en cambio yo sí estoy aquí. Yo, sorprendido tuve que aceptar que B. había aprendido bien y que tenía razón.

viernes, mayo 20, 2011

ODIO A BOGOTÁ

Publicado por Yo soy Escribidor |


Bogotá se constituye en el centro de todas las realizaciones. Tengo propuestas serias de mi hermana para que vaya a vivir allá y que trabaje por allá y que tenga una nueva vida por allá. Pero yo, terco e idealista, no me arrimo a la idea de vivir en esa ciudad de frío y de noches siniestras.
Para los Barranquilleros -muchos que conozco- irse a la Capital es una especie de realización de sueño americano, pero acá. Y trabajan incensantemente, al no tener trabajo aquí, por irse a esos lados donde la indiferencia es despiadada.
Odio por eso a Bogotá. Es cierto: es una ciudad más bonita, más limpia, tiene más sitios que visitar; pero, también, es más triste, nostálgica y desconsiderada. La vida, para alguien que se va a trabajar, es eso: trabajar como un burro, aguantarse dos horas en un bus, dormir en esas sábanas frías y levantarse con agua helada. No. Prefiero a la Capital en términos de paseos, no de vida. Casualmente hoy, mi hermana me preguntó que cuándo me iba, y yo le respondí que esperaba que nunca.
Odio el ritmo de vida de allá, la ciudad cara, sus vías largas, el sentido que tiene la gente de que allá será todo mejor. Y entonces se va uno con su mochila llena de sueños para ayudar a su familia que queda acá, pero se encuentra que el frío también puede llenar sus corazones, y luego, al tiempo preciso, uno podría cuestionarse si eso es lo que quiere para su vida. Es cierto, también: yo hablo desde mi vida y mi idea ideal de hacer las cosas. Seguramente estoy equivocado, pero no cambio mi necesidad acá para cumplir un sueño falso americano que la ciudad aquella no se preocuparía en cumplir.
Mi primer odio es por esa nefasta ciudad y por el engaño perpetuo que vivir allá es mejor. Tal vez nace de las buenas experiencias que no volvieron o de las malas que se interponen.

miércoles, mayo 04, 2011

Nota Aclaratoria y Momentánea

"...Había decidido que todo lo pasado no era pasado y que solamente una

falacia mental como tantas otras podía permitirme el fácil expediente de

imaginar un futuro abonado por los juegos ya jugados."

Julio Cortázar

Ando de amores contrariados con Dios. Ando pensando en la gente que, día a día, uno quiere menos, y de aquellos que se creían olvidados en el baúl de las lejanías, pero que enamoran con dos o tres palabras no dichas.

Pienso en la nueva posibilidad de ser tío otra vez. Y la mente no me da para dar un juicio coherente; opto por el silencio. Cavilo en los odios que tengo a mis nuevos treinta años, y me doy cuenta que son tan diferente de aquellos de hace una década. Quiero, por ello, dejar en claro muchos de mis odios por este medio. Como siempre, como una catarsis en contra del augurio del dolor.

En medio de Cortázar que me enamora y Juan Luis que canto, decido escribir mis odios tantos en tanto que son tantos para alegrarme en medio del destello de luz que produce el desahogo. Escrito para mis llaves, los no tan llaves, los de antes, los de ahora, para la iglesia, para todos. Al Dance Hall y al Blackberry A Roberto Carlos que no lo quiero escuchar ni por error.

Mientras eso ocurre, y organizo mis ideas, les dejo la canción que me hizo recordar el amor que le tengo al Señor.


sábado, enero 08, 2011

REGALOS PARA UN VAGABUNDO DE 30

Publicado por Yo soy Escribidor |


Autodesnudo

Safe Creative #1101088224162


"Dadme una pistola negra para matar sin misericordia,
y una gabardina para esconderme
de estos años 30."
Andrés Caicedo.

Quiero una mañana soleada de contentamiento
el ruido de la madrugada cantada por los pájaros de la alegría.
Quiero el frío sabor de la cálida nostalgia yéndose lejos y trayéndome la tranquilidad.
Quiero Su dulce abrazo nocturno y Sus labios sobre mi frente.
Quiero más días que noches
más luces en medio de la oscura tempestad trasnochada.
Quiero un carro para viajar por entre los retenes de los sueños.
Quiero una pipa con el humo de la sicodelia
un helado de ron con pasas hasta que el estómago me duela.
Quiero ver una película diferente a la de mi vida
con más drama
más acción
y definitivamente más comedia.
Quiero el libro nuevo de los amores contrariados.
Quiero una caja grande llena de fotos de mis amigos.
Quiero el beso de madre lleno de rareza
y la lágrima de menos arrugas y más caricias.
Quiero ser más joven
más adulto
más niño
más hombre
más Él.
Quiero los susurros en mis orejas en medio de la Salsa que suena
y quiero el sexo del baile en medio de los tambores
en medio de los quereres.
Quiero ser amado con locura
con los besos negados
y las palmadas no dadas.
Gastarme el ahorro en una barra de chocolate
una canción cantada
una novela relatada
un televisor de vidas ajenas
y comidas en mesas próximas.
Quiero querer querer más
y quiero no querer querer menos.
Quiero subirme al barco de Él
y navegar en el indómito mar de la Esperanza.