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sábado, enero 31, 2009

El Día Que Vi un arcoiris.

Publicado por Yo soy Escribidor |

He visto un arcoiris. Tengo que decir que me encantan. Me recuerdan de alguna manera la fidelidad de Dios después de un momento difícil. Pienso en Noé que después del diluvio, quizás algún tiempo después, si veía un arcoiris se emocionaba y recordaba el pacto que el Señor hizo con él.
Hoy vi un arcoiris. Salí del trabajo y estaba bastante cansado y cogí un bus: La Carolina para venir a las moras. Me pude sentar ya casi llegando. Yo pensaba si Dios permitía que después de un día largo y tedioso de trabajo Él no podía simplemente hacer que alguna persona se levantara para que Su hijo se pudiera sentar. No sé sólo pensaba. Luego empenzó a serenar y yo no me puedo mojar por razones físicas (lo bueno es que ahora ando con paraguas). Cuando me bajé del bus, abrí mi paraguas y caminé hacia el puente peatonal. Ya en la cúspide del puente me di cuenta que allí estaba el arco colorido. Lo miré y pensé: generalmente el arcoiris sale cuando está lloviendo, pero el arcoiris me recuerda que a pesar que esté lloviendo, la tierra no será destruida con aguas. Recordé la fidelidad de Dios. Pero me fui más allá, en las promesas que Dios cumple a pesar que no parezcan. La lluvia parece necesaria para un gran arcoiris y éste nos recuerda que por muy fuerte que sea la tormenta no seremos destruido en aguas. Las dificultades y problemas aparecen quizás para demostrar la fidelidad de Dios y, además, nos recuerda que éstas no nos destruirán aunque parezcan. Él lo dijo así: cuando pases por las aguas no te ahogarás y si por el fuego, no te quemarás. Gracias Señor porque vi un arcoiris que me recuerda que hay algo más allá que no siempre entiendo pero me hace pensar que estás detrás de todo esto.

Dedicado a mis amigos y discípulos que me conocen y saben por qué lo escribí.

sábado, enero 24, 2009

destruyendo mi iglesia

Publicado por Yo soy Escribidor |

El día que di mi opinión
En estos días hubo un gran revuelo en la casa de una amiga. En medio de las bromas dije lo que pienso acerca de un tema en particular, lo cual generó un ambiente tenso.
Lidero a algunos jóvenes en medio de una gran (y a veces absurda) tradición cristiana. El cristianismo en mi ciudad, según lo que veo, no le permite a los jóvenes expresarse de una manera transparente, permitiéndoles que tengan un libre desarrollo de la personalidad sino más bien, como hemos aprendidos de las grandes instituciones, llenos de reprimendas y bajo la luz del castigo.
A decir verdad, son mis opiniones y no tienen que ser la de los demás. Repito son mis opiniones pero en este mundo cristiano en que vivimos, muchas veces mis opiniones no deben estar en contra de los demás.
La madre de algunos de mis jóvenes me acusó de estar influyendo en ellos para que se hicieran tatuajes, y me pidió que le aclarara.
Yo, como no tengo problemas en decir lo que pienso, dije que no tenía problema con los tatuajes. Fue un gran escándalo. Mi argumento (quizás no el mejor) era que ya que habíamos permitían la cirugía plástica dentro de nuestra religión, los tatuajes eran algo menor.
-No es lo mismo -me dijo- porque las cirugías son para que uno se vea más bonito.
Entonces le dije que cada persona tiene un concepto particular de la belleza y ésta es siempre subjetiva. Refutó diciéndome acerca del versículo de Levítico, de las marcas del cuerpo, que Dios..., que los jóvenes, que enseña David.
Tengo las cosas claras en mi cabeza de perro: Primero, el problema no son los tatuajes sino la tradición. Si la mayoría cristiana dice Sí a la cirugías plásticas (en donde hay más riesgos de toda clase) es aceptado y los tatuajes son del diablo. ¡Error! Segundo, porque algo no me guste no quiere decir que sea satánico, sólo quiere decir que no me gusta. Tercero, los jóvenes necesitan escoger lo que quieran hacer, enseñándoles siempre que la relación con Dios es lo más importante y según ésta determinarán qué, en sus vidas, glorificará a Dios o no. A diferencia de lo que me dijeron, no induzco a la gente a que se pongan aretes o hagan tatuajes.
En realidad, no estoy en la capacidad para que una persona escoga mis decisiones. Tengo la obligación de enseñarles acerca de un Señor quien los acepta independientemente de cómo se vean. Siempre es más importante quiénes son a como parecen, así tengan tatuajes, aretes, escuchen música diferente a la tradicional o si a veces piensan diferente a mí. Tenemos la obligación de enseñar un evangelio que cambia vida y cambia corazones y no solamente el que lleva a los jóvenes a cortarse el cabello largo. No hagamos doctrina de nuestras experiencias ni de nuestras tradiciones. Es el Señor quien cambiará las vidas como Él quiera y no a nuestro antojo. Tal vez no se vean como queramos pero no podemos decir que no tienen relación con el creador o que están en pecado . Las normas son inútiles para cambiar vidas. La misma historia bíblica no los dice, por eso apareció Cristo.
Sigo pensando igual: los tatuajes no son importantes. Quiero ver a los jóvenes llenos de Dios y capaces de cambiar la historia. ¡Esto es más importante!

martes, enero 20, 2009

En tributo a james.

Publicado por Yo soy Escribidor |


LA APUESTA DE JAIME

Jaime y yo teníamos una apuesta. Era ese tipo de cosas absurdas que uno a veces dice para después burlarse y pasar un buen tiempo. La cuestión era así: él debía estar un poco delgado hasta junio de 2009, él pretendía estar tan delgado como el protagonista de la serie Lost, bastante difícil pienso yo. Si no lo lograba, entonces, posaría en calzoncillos amarillos y capa roja (al mejor estilo de Robin, el de Batman) en una foto que sería publicada en Facebook por mi amiga, y ex de él, Laura. Siempre pensé que yo ganaría pero en realidad no tenía mucho que perder. Sin embargo, a Jaime se le ocurrió incluirme en su apuesta. Esta era mi parte ahora: debía antes de un mes escribir un artículo al mejor estilo de una revista y hasta junio de 2009 debía tener los suficientes escritos e ideas como para una revista juvenil cristiana como siempre la he querido. Si yo perdía, Laura me raparía el cabello y también el mundo se enteraría por Facebook. Laura estuvo de acuerdo y yo también. ¿De qué podía escribir? Lo decidí, hablaría de la amistad. Para mí es una de las cosas más importantes y sobre todo necesarias en la vida. Tengo un alto concepto de la amistad. Recordé un día cuando salí con mi amigo Jonathan y me habló de cosas que eran muy personales y me habló de la amistad que tiene con su hermano. Comencé a escribir acerca de eso. También pensando en mis amigos y toda palabra buena y toda promesa que me hayan hecho, como especie de tributo a todos ellos. Aún conservo el borrador de ese escrito y no sé si algún día dejaré que alguien lo vea. La apuesta terminó mal. Creo que ya no existe. Hablando de la amistad he visto como algunas se han ido desmoronando abruptamente, quizás por mi manera de hacer las cosas o por idealizar a las personas y a las situaciones. Dios nos pide, muchas veces, situaciones que son muy difícil de entregar ¿Por qué lo hace? En realidad no lo sé.

Ayer escuché sobre la lealtad y me sentí identificado. Cuando uno da amor incondicional a veces creemos que los demás nos lo dan igual; algo que no siempre es verdad. El amor incondicional es de esa forma, sea o no recíproco; de allí su nombre. No obstante lo anterior, siempre queremos cierto grado de lealtad de quienes nos prometen su vida. Pedro muy rápido abrió su boca para entregar su vida por el Señor. ¡Pedro, siempre es mejor pensar antes que prometer! Quizás debemos prestar más cuidado cuando somos como aquellos Pedros que hablan antes de pensar. Usted conoce el resto de la historia del pescador; interesante recibir la restitución de Dios. Me pregunto si el resto de discípulos le recriminaban a Pedro su traición o si por el contrario nunca se enteraron.

¿Por qué escribo esto? Quizás como una especie de desahogo a las situaciones que Dios permite en la vida y también para tener la esperanza del consuelo y, en el momento oportuno, recibir y dar restitución. Espero que ese día llegue. El día donde más que una apuesta sean otros espacios los que me hagan soñar con mis amigos y las personas que amo. Donde vea a Dios en las situaciones habituales y tratando de entender, como siempre, que la única solución para el dolor es el perdón. Espero que ese día llegue porque entonces nuestra boca se llenará de risa y nuestra lengua de alabanza.

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De paso me queda decir que Jaime sigue igual de gordito. Creo que ya no hace esfuerzos por hacer ejercicios. Hemos salido algunas veces y, obviamente, ha sido a comer. Desde helados en Mcdonalds hasta comidas sin el más mínimo control de calidad. Disfruto esos pequeños momentos que tenemos en la semana. Es cierto que Jaime no se ve como el tipo de Lost quizás por estos espacios de alimentación, aún así es un alivio saber que estos momentos, contrarios a nuestra apuesta , hacen que tengamos buenos instantes de compañía espiritual y afectiva.

sábado, enero 17, 2009

Esto lo escribí en la víspera de mi cumple.

Publicado por Yo soy Escribidor |

EL CUMPLEAÑOS GRIS

los días grises son tristes. Es algo que he podido ver. La ciudad es lluviosa y se torna gris. No siempre que llueve, la ciudad, tiene ese tono; es en situaciones específicas. Yo quisiera actuar como si nada sucediera pero, en realidad, no puedo. El cielo de la ciudad llora sobre nuestros paraguas y nos anuncia un día gris.
Mi amigo cumplió años. Fue un gran día gris. La ciudad inundada le da ese toque grisáceo nostálgico. Él lo sabía muy bien. Además, le añadió la idea de sentirse solo. Yo estaba con él pero sé que la soledad siempre es interna y muchas veces no tiene nada que ver con las personas.
El año pasado, cuando cumplió, también fue un día lluvioso pero creo que no fue gris. Quizás porque no se sentía solo.
He descubierto que la lluvia no le puede dar el toque nostálgico al día. Sin lugar a dudas, creo que tono gris sucede cuando nuestros corazones no son lo suficientemente oscuros para ser negros o lo demasiado claros para ser blancos. Es simplemente gris y triste. Mis días también han sido grises. Mi cumple está arrasado por la lluvia y por el tono gris de mis emociones, inundado por arroyos de dolor y soledad. y cuando estoy luchando, siempre debe haber alguien que me escuche.
¿Cómo recibir consuelo en días grises? la Biblia enseña que el Espíritu Santo es el consolador. La palabra griega es Parakletos, que significa: Quien está a mi lado. Y esto es obvio porque para ser consolado necesito que alguien esté a mi lado. El Espíritu Santo es el Parakletos. Ahora bien, decidí irme más allá, Pablo, dice la Biblia, que Dios es quien consuela y que él -Pablo- fue consolado con la llegada de Tito. Una lección muy importante. Eso es lo que quiero ser y eso es lo que quiero que la gente a mi alrededor sea: Parakletos. Alguien que esté a mi lado siempre. Que Dios sea siempre manifestando su consuelo a través de los que amo. Parakletos. Mis amigos han sido Parakletos en días grises y éste es un tributo a todos ellos. Es darles gracias por los momentos de compañía donde hemos luchado juntos por la soledad y donde hemos salido vencedores.

Yo estuve con mi amigo y lo escuché -quizás él no necesita que yo hable-. La lluvia en la ciudad talvez no acabará pero sí lo gris en el corazón o por lo menos sabiendo ser alguien que esté siempre a su lado. Así lo creo y así quiero hacerlo.

Publicado por Yo soy Escribidor |


Antes de que me fuera de la notaría, hice un mandado al octavo piso del world trade center.

Publicado por Yo soy Escribidor |


Este es el primer video de las injusticia de la vida.