
Érase una vez un cuento que leí en la Internet que me recordó a otro de Cortázar que leí hace mucho, o que me lo imaginé. Y ahora no sé si ese cuento es del autor del blog o de Cortázar o fruto de mi imaginación, ni sé a quién pertenece este mismísimo cuento que estás leyendo. O quizás nunca existió y no fue un cuento en realidad... Y con tanto enredo, ya no se sabe si quien está leyendo estas líneas existe fuera del cuento o es parte de él.
Luego cerró lo que leía y escuchó una voz en el fondo que decía: Luego cerró lo que leía.
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2 ¡Ajá, dime qué ves!:
Supongo que cosas como estas son las que logra la magia de la Internet. Me gustó el micro-cuento. Sobretodo el final.
Deivi:
Es evidente que tienes mucho de vidente!
Gracias por tu blog. Me gusta pasar por aquí. Tienes que seguir escribiendo y publicando en tu blog.
Abrazo!
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Porque al que se le conoce hoy como profeta se le llamaba vidente: