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jueves, junio 11, 2009

¿El Incrédulo Impío?

Publicado por Yo soy Escribidor |




Viendo El Pianista, pude observar la barbarie del holocausto nazi. Es terrible desde cualquier punto de vista; y lo es, sin importar los buenos argumentos, de algunos, acerca de esto.
Las películas sobre el holocausto nazi las veo pero sin querer verlas otra vez. Creo que me alteran un poco –Quizás por la manía chiflada de que algunas cosas me alteran-. Me imagino lo funesto que debió ser para los judíos, en una especie de cautiverio babilónico del siglo anterior.
Me puse a pensar en la película: A los judíos en Varsovia, por decreto, les obligaron a tener sobre su manga derecha una banda con una estrella de David, con indicaciones claras acerca de medidas y colores. Algunos se oponían a eso. Es absurda la medida discriminatoria tal vez como son absurdas todas las discriminaciones.
Eran marcados con un símbolo que los demás veían y podían ser despreciados, considerando a los judíos una raza impura y que no llegaba a los estándares de calidad de la utópica raza Aria. La discriminación es aterradora y, si ésta lleva 6 millones de víctimas, es necia y satánica.
Pensé en la iglesia (por el mal hábito que tengo), y me acordé sobre un predicador que escuché que se refirió a los incrédulos en calidad de impíos. No se escuchó como lo escribo, se escuchó así: ¡Immpiioooossss! Con cierto aire de orgullo y superioridad. Recuerdo que pensé, con sarcasmo: ¡Qué lindo llamar a los incrédulos: impíos, inicuos, pecadores; y a nosotros, santos, inmaculados y llenos de bondad! Claro, llenos de bondad; tanta bondad como para considerar a alguien que necesita a Dios como un desgraciado tan pecador que le es imposible acercarse a Él. Me pregunto si nosotros no estuvimos en una condición similar y pudimos alcanzar misericordia.
Nosotros, sí, les ponemos bandas con ciertas indicaciones sobre sus brazos y cuando los vemos les decimos: ¡Inmundos, inmundos, inmundos!; en una utópica raza Aria que nos hemos inventado en la cual nosotros nunca pensamos alcanzar.
“Hazme como tú Señor; que como al leproso no sólo veamos inmundicias en los demás sino tu gran amor con que nos amaste. Perdona Señor a tu pueblo porque no sabemos lo que hacemos. Y a mí por utilizar el holocausto para escribir locuras”

4 ¡Ajá, dime qué ves!:

Anónimo dijo...

se que siempre escribes para ti, es decir por el placer que te produce hacerlo, pero hay otras en que te tomas el trabajo de armar una coartada para que muchos SUPER ESPIRITUALES DE LA RAZA ARIANA DEL SEÑOR -nombrados asi, etre ellos- inicien la busqueda de la verdad absoluta de la deidad de Dios , y no se que mas cuentos...

lo que hiciste por facebook lo confirma, asi que creo que estas abriendo camino para cuando lleguen Jnior Zapata o Lucas Leys (como lo hizo alguna vez Juan Bautista)encuentren el terreno arado.

DMN

el escribidor dijo...

Gracias anónimo DMN, espero saber quien eres pero mientras tanto te agradezco tu comentario.

Laura dijo...

Cuando me vi el pianista hubo una serie de cosas que se quedaron en mi cabeza dando vueltas frases y escenas, por ejemplo, cuando un de ellos dice sin anestecia he dejado de creer en Dios. Me di cuenta que yo nunca he dicho eso, supongo que igual nunca he estado en tan graves (a falta de otra palabra) circunstancias. Me di cuenta lo facil que es quitarle la dignidad y destruir a la gente cuando se tiene el poder suficiente. Al final cuando el toca el piano con las manos temblorosas de hambre y medio torpes por el tiempo sin tocar de verdad me agrado descubrir que las manos tambien pueden actuar y entendi que si hasta sus manos pueden actuar el man es sencillamente un excelente actor.

Yo por mi lado no tengo problema con los no cristianos por el contrario tengo muchos amigos que amo de una manera especial y siempre que puedo me reuno con ello lo raro de todo es que pareciera que quien lleva la banda en su brazo soy yo y muchas veces mi propia familia y mis amigos me han enjuiciado y condenado por lo que creo.

el escribidor dijo...

Adrian Brody ganó el oscar con esta película y sé que es excelente actor. Creo que a veces no he dicho que Dios no exista sino que no me ame; lo cual, a veces, es lo mismo. Pero Él nos ama, lo sé, lo puedo sentir.

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Porque al que se le conoce hoy como profeta se le llamaba vidente: