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miércoles, enero 20, 2010

CUMPLEAÑOS DOBLE

Publicado por Yo soy Escribidor |

Oscar cumplió el sábado pasado, fui a su casa luego que me invitó a almorzar. Vimos películas y reímos en medio de las burlas que nos proporcionaban los videos (vimos Brüno y Borat).
Él fue mi amigo en la iglesia. Ya no es mi amigo de la iglesia; él desertó -si de alguna manera se podría decir así-, para sentirse bien con sus ideales. Hoy es mi amigo de la vida. De la vida bonita y de la fea. De aquella que lo lastimó con una enfermedad, y de la mía, con los libros que me presta, con otros que me roba, con otros que me regala.
Amigo de los tiempos de llantos. Cuando lloré amargamente un día en su casa, hace algún tiempo, él es quien estuvo conmigo. Recuerdo su mano alcanzar mi hombro y guardar silencio, mientras me afligía por el recuerdo del amor inalcanzable.
Lamento lo mal que le fue. Que Che no lo hubiera llamado cuando prometió llamarlo, y que haya pasado tanto tiempo (que él guarda exacto) en la distancia de la llamada propuesta. Lamento el tiempo que perdió con MG., porque siempre pensé que él la quería más que ella a él. Hace poco me dijo que siempre se engañó a sí mismo, diciendo que amaba a su Fiore, y que todo fue tan falso como su estadía en la iglesia, su amistad con otros y de su anterior nueva vida, de la cual ahora se avergüenza.
“David, tengo que reconocer que me he equivocado…”, me dijo. “Me equivoqué con la gente, yo creía que amaba a las personas, y no era así. En estos días he estado pensando en eso.” Ha cerrado el Facebook, no contesta ciertas llamadas, ha borrado contactos del Msn, ha querido olvidar la estupidez de algunos; gracias a Dios, él todavía puede lidiar con la mía porque aprendí a respetarlo a pesar de las cosas en las cuales no estuve de acuerdo.
Hoy día, creo que si Chiesleman lo hubiera llamado, la historia hubiera sido otra. Me hace pensar en mis errores que no quiero cometer, que cometeré; y del tiempo que sigue pasando y mi amigo se hace más viejo por su cumpleaños, que hoy celebro porque él sabe que lo quiero.

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Steven también cumplió el sábado pasado. En ese día, distribuyo mi tiempo así: En la mañana y tarde, voy donde Oscar; en la tardecita casi noche, donde El Drummer, si puedo me quedo a dormir allá.
A Steven le decimos El Drummer porque toca la batería, este año espero que toque con un grupo de adolescentes de por ahí. El día de su cumpleaños, en las palabras de agradecimiento, no di las benditas felicitaciones públicas que hace la gente. Él sabe que lo amo, que lo admiro, que me hace sentir orgulloso y que además me inspira por su aguerrida lucha en contra de la diabetes que, a ratos, intenta golpearlo más fuerte de lo normal.
El Drummer se llama Iván porque Steven es su segundo nombre; pero hemos decidido llamarlo Steven porque le pega más para ser famoso algún día tocando la batería o enseñando a jóvenes.
En estos días descubrí que él para mí es como tener un hermano menor (yo tengo un hermano menor, pero lo conozco hace menos de un año, y es otra historia en otra entrada), me siento como si fuera yo fuera su hermano mayor. Y es mejor ser hermanos sin serlo de sangre literal.
Mi propia mente me dice que no puedo inspirarlo a él, que no sé cómo lidiarlo, no sé cómo pelear por y con El Drummer. No sé cómo hacer con la diabetes, no sé cómo pastorearlo, no sé qué haría si no estuviera, no sé cómo hacer su vida más fácil. Me imagino que sin saberlo logro algunas cosas, si así no fuera no recibiera sus gratas llamadas diarias, en señal de cariño y que yo, agradecidamente, extraño cuando no están y llego a anhelar.

1 ¡Ajá, dime qué ves!:

JimmyX dijo...

Comento para saludar porque no tengo nada que expresar en la virtualidad, por ahora.

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Porque al que se le conoce hoy como profeta se le llamaba vidente: