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viernes, julio 01, 2016

SUMARIO: NO ES MI TIEMPO

Publicado por Yo soy Escribidor |

Carlos Andrés compró moto y enfatizó en llevarme todas las veces que quisiera. Sin embargo, por los imposibles, no siempre ha sido así. De hecho, al riesgo de un video que tengo donde dice que siempre me llevará o me recogerá donde esté, la realidad distó un poco. Yo, no obstante, siempre le digo que me haga el favor; cuando puede, lo hace.

Hoy le escribí temprano porque tenía dos vueltas seguidas que hacer. Le escribí reclamando una especie de libertad que me dio al pedir el favor, y, de paso, validando los acuerdos.  Nuestra conversación, alrededor de la hora fue algo así:

-¿Qué horas tienes allá para arreglar?
-Son las 10:06.
-¿En serio?
-10:07 ya. Oye, hazme un favor.
-Ando arreglando el cuarto.
-Llévame.
- ¿A qué horas?
-Ya.
- Eche, dentro de 20 minutos.
-15 minutos.
-Mi mamá me mandó a barrer y trapear: 20. Y a arreglar otras cosas.
-bueno, dale, pilas.
(Nota de voz de él: «Qué pilas ni qué mierda, hermano. Espere a que yo termine, eche».)
-Eche para usté. Te escribo en 15 minutos.

(Pasa un tiempo)

-Hey, me diste la hijueputa hora mal.
-No, en mi reloj ahora son las 11:04.
-Esa mierda está dañada. Te pedí la hora real, eche.
-Será allá. No, es la misma que tengo en mi reloj y pc. (Nota de voz de él: «Hey, cómo van a ser las 11; mira cómo está el día apenas, hey. ¡Arregla esa mierda, marica! ¡Eche, da es cola!) Son las 11,  idiota; 11:06, sea serio.
-Qué van a ser las 11 ni qué cagá.
-¿Entonces qué hora es, Carlos Andrés?
-Son las 10:10, imbécil.
-Eso ya pasó hace rato, idiota. Estás atrasado una hora
-Ya voy a bajar.

Cuando llegó afirmaba su desfase atemporal, y yo mirándole la cara mientras sólo interjeccionaba con «eche» (como si ya hubiera suficiente tantas palabras para nuestra tontera de las horas). Como algunas cosas,  siempre andamos en una hora distinta el uno del otro, como negándonos la realidad del tiempo presente, en un devenir del hoy, de mañanas y pasados envueltos en relojes en contratiempo.


De paso, hace días se quedó con un reloj mío y me lo devolvió dañado de la manilla. Él aseguró que estaba así, como si yo fuera idiota de las cosas que tengo, y del tiempo que me gusta pasar con él. 

0 ¡Ajá, dime qué ves!:

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Porque al que se le conoce hoy como profeta se le llamaba vidente: