Mi amiga Jubeis me hizo este escrito acerca de su loca confesión. Creo que ella es el tipo de personas que no necesitan presentación sino que hay que conocer; por lo tanto, no lo haré. Aquí está su escrito, dividido en dos.
CONFIESO QUE ME HE AUTODIGNOSTICADO UNA DESEQUILIBRADA
PARA SENTIRME MEJOR CONMIGO MISMA
I
“La escritura emerge como una sala funeraria donde los cadáveres respiran”
H. Duque
Empezaré agradeciendo a mi amigo, por esta oportunidad de orden catársico que me brinda. Es 17 de Noviembre, y escribiré la primera parte de mi confesión.
Hace seis meses mi ritmo de vida cambió radicalmente, me di cuenta que he pasado dos años anestesiada, y hace poco pasó el efecto. Fui novia de un enfermero por tres años y medio, lo dejé porque así Dios lo quiso. Todos preguntan cómo pasé tanto tiempo con alguien como Luis. Al principio ni yo sabía la respuesta, hace poco descubrí que nunca teníamos conversaciones profundas, parece absurdo pero es así, pasó el tiempo rápido. Por esos tres años de mi vida no fui yo, fui la mujer ideal para un hombre no tan ideal, dejé el ballet, me engordé, abandoné los libros y mis amigos, empecé a escuchar reggaetón y a ir a rumbear (para Luis es el plan por excelencia, para mí existen otras opciones, que para su gusto eran aburridas). Cuando yo lo quería, el no a mí, cuando me decidí dejarlo ya él estaba enamorado, y la relación siguió; todo fue aparentemente estable por dos años y más; él era el centro de mi vida. Cuando el Señor apareció, lo dejé definitivamente, lloraba por todos lados y hasta se le tiraba a los buses, sufrí en silencio, me dolía verlo así, pero el Señor es más importante; aún así en ocasiones lo veía pero jamás entendió mis motivos. Una vez al mes aproximadamente, hablábamos por celular.
Hace seis meses me llamó y decidí aceptarle la invitación, me parecía feo terminar en malos términos con alguien a quien quise mucho y con quien compartí largo tiempo. Una noche me llamó a decirme que me amaba y que quería verme, la tarde siguiente me llamó para insultarme diciéndome que lo dejara en paz, que él amaba a su esposa (en ese momento me enteré que su ex novia era su esposa) , en medio de mi desconcierto llegué a su lugar de trabajo donde respondió a mis insultos con llanto en sus ojos pidiéndome perdón y diciendo que aún me amaba y hablando mal de la que ahora era su ex, en ese momento llegó su “esposa” y sus lágrimas también le sirvieron para decirle a aquella mujer que estaba agobiado por mi acoso y mi persecución, que no sabía cómo hacer para que yo entendiera que él era un hombre comprometido (espero entiendan lo complicado que fue para mí redactar esto… novia, ex novia, esposa, novia…). Me pregunto cómo alguien puede en menos de tres minutos, cambiar su discurso y atribuirle otra razón a sus lágrimas. Posterior a esa noche, recibí llamadas de él insultándome, llamó a mi líder a quejarse de mí, y pidió un amparo policivo para que no me le pudiera acercar 200 metros a la redonda (nunca llegó la boleta a mi casa, ante eso él alega que no me la entregaron por mi estado depresivo), se dio el lujo de informar a los residentes del barrio la otra cara de Jubeis: Mujer blasfema, lujuriosa, acosadora sexual y experta en destruir hogares. Decidí denunciarlo por injuria y calumnia en la fiscalía.
Últimamente frecuenta los mismos sitios que yo, va a actividades de la iglesia y llega al gimnasio cuando yo estoy allí. En dos días tenemos la citación en la fiscalía. No me siento muy bien, he orado cuatro meses para que Dios obre en él y pueda recapacitar acerca del error que está cometiendo conmigo, creo que eso no ha sucedido. Además, siempre tomaba en cuenta lo mucho que sufrió cuando lo deje, sé que tengo parte de la culpa, jamás debí ir hasta su trabajo, en mi cólera fui capaz de llamar a su “esposa” a ponerle claro que yo no era la que lo buscaba a él, lo llené de argumentos, hoy comprendo porque hay gente que no puede demostrar su inocencia. No creo estar preparada para el 19 de Noviembre día de la citación en la Fiscalía, ni siquiera sé describir lo que siento. No estoy enamorada de él, Dios sabe que es así, por dos años estuve anestesiada creyendo que lo que él hiciera no me importaba, pero el efecto pasó, si me importa y me hiere, simplemente porque él sí existió en mi vida y yo di mucho por él, creo no merecer eso, no me cabe en mi cabeza, muy amplia por cierto, como existe gente así; creo que eso no tiene nada que ver con enamoramiento aunque así me lo quieran insinuar. No hay tranquilidad en mí, no puedo evitar llorar cuando pienso en aquel día. En dos días escribiré mi segunda parte, donde quedará en manifiesto de manera explícita las razones de mi auto diagnóstico y, además, les contaré el final de la odisea. Ojalá esto sea posible…
II
"El día que me quieras no habrá más que armonía, endulzará sus cuerdas el pájaro cantor, florecerá la vida, no existirá el dolor"
A. Calamaro
Es 19 de Noviembre y acabó de llegar de la Fiscalía. Todo fue diferente de lo que pensé; no pude parar de llorar en toda la audiencia. Pedí específicamente que Luis se retractara de lo que había dicho, él afirmó que lo que hizo y dijo que fue en estado de embriaguez, me dio la mano y hasta intentó abrazarme. No sé qué pensar, mejor no pensaré aunque eso arriesgue mi existencia (Según R. Descartes). No sé si de verdad recapacitó o si por el contrario mantiene su posición, pero fingió por el hecho de no querer tener más problemas judiciales.
La fiscal escribió en el documento de conciliación, que deberíamos tener una relación amigable y olvidarse de todo lo que pasó. En el documento también él se comprometía a mantener una relación respetuosa conmigo y no difamarme más, de lo contrario se tomarían acciones penales. Me alegra haber terminado en buenos términos con él -creo-.
Antes de diagnosticarme desequilibrada consideré hechos y sentimientos como:
1. Mis ataques de ira acompañados de violencia y sensación de ahogo.
2. Me importa lo que pase con Luis, creo no haber sanado mis heridas del todo; estoy segura que no estoy enamorada de él, pero sus insultos me duelen y su aparente rectificación me desconcierta.
3. Un día amanezco creyendo estar enamorada de alguien, al otro día no. Si ando en esas, espero no estar equivocada, ya me he equivocado las veces justas e innecesarias. Ojala Él lo tenga en cuenta y estabilice eso allí. Hoy creo que son ideas mías
4. Últimamente lloro con más frecuencia, específicamente cuando escucho música, no entiendo eso tampoco, porque la mayoría de las veces las canciones no me evocan a nadie específico.
5. Me da miedo que cuando viva en el cielo no tenga las mismas mascotas que tengo en la tierra. Esto sucede a diario
6. Hago silogismos empleando versículos bíblicos.
La situación detonante fue aquella que describí anteriormente; confrontó tanto mis sentimientos y emociones que llegué a esta conclusión: Soy una total desequilibrada, yo sé lo que quiero y a quienes quiero, pero no sé cómo los quiero. Yo sé lo que deseo pero no sé si en realidad eso deseo. Y con respecto a Luis, sé que no estoy enamorada, pero aún él tiene la facultad de herirme. Sufro de desequilibrio, pues no creo que en una mente normal sucedan tantas cosas.
Sé que te amo pero no sé cómo te amo… Días como hoy no existo porque he decidido no pensar…