NOTA ACLARATORIA Y MOMENTÁNEA
Estoy en búsquedas de blogs que me gusten. Encontré uno, con un nombre bastante pagano, que me gusta. Hago esta nota aclaratoria para que sepan que lo leo y que, además, es bastante bueno. Si hay comentarios evangélicos -porque el blog es evangélico-, haciendo exorcismo o algo por el estilo, prefiero el comentario. Esta nota es para decirles que NO he dejado de ser cristiano y NO apoyo al diablo. El blog es perrohijueputa.blogspot.com. Espero que lo disfruten tanto como yo. ¡Gracias Matías!
There must be a God somewhere
Si yo fuera Dios, haría las cosas más fáciles para gente como yo. Soy melancólico, estresado, hipocondriaco (ya escucho a varios que asienten), lloro con facilidad, me cuesta creer en la gente e instituciones buenas, no creo a veces en mí, me cuesta creer que, en realidad, me amen; o sea soy una joyita.
Viendo El Pianista, pude observar la barbarie del holocausto nazi. Es terrible desde cualquier punto de vista; y lo es, sin importar los buenos argumentos, de algunos, acerca de esto.
Las películas sobre el holocausto nazi las veo pero sin querer verlas otra vez. Creo que me alteran un poco –Quizás por la manía chiflada de que algunas cosas me alteran-. Me imagino lo funesto que debió ser para los judíos, en una especie de cautiverio babilónico del siglo anterior.
Me puse a pensar en la película: A los judíos en Varsovia, por decreto, les obligaron a tener sobre su manga derecha una banda con una estrella de David, con indicaciones claras acerca de medidas y colores. Algunos se oponían a eso. Es absurda la medida discriminatoria tal vez como son absurdas todas las discriminaciones.
Eran marcados con un símbolo que los demás veían y podían ser despreciados, considerando a los judíos una raza impura y que no llegaba a los estándares de calidad de la utópica raza Aria. La discriminación es aterradora y, si ésta lleva 6 millones de víctimas, es necia y satánica.
Pensé en la iglesia (por el mal hábito que tengo), y me acordé sobre un predicador que escuché que se refirió a los incrédulos en calidad de impíos. No se escuchó como lo escribo, se escuchó así: ¡Immpiioooossss! Con cierto aire de orgullo y superioridad. Recuerdo que pensé, con sarcasmo: ¡Qué lindo llamar a los incrédulos: impíos, inicuos, pecadores; y a nosotros, santos, inmaculados y llenos de bondad! Claro, llenos de bondad; tanta bondad como para considerar a alguien que necesita a Dios como un desgraciado tan pecador que le es imposible acercarse a Él. Me pregunto si nosotros no estuvimos en una condición similar y pudimos alcanzar misericordia.
Nosotros, sí, les ponemos bandas con ciertas indicaciones sobre sus brazos y cuando los vemos les decimos: ¡Inmundos, inmundos, inmundos!; en una utópica raza Aria que nos hemos inventado en la cual nosotros nunca pensamos alcanzar.
“Hazme como tú Señor; que como al leproso no sólo veamos inmundicias en los demás sino tu gran amor con que nos amaste. Perdona Señor a tu pueblo porque no sabemos lo que hacemos. Y a mí por utilizar el holocausto para escribir locuras”
Al derecho y al re-ver
Se me hace complicado escoger ciertas películas que me volvería a ver una y otra vez. Reconozco que fue difícil. Escogí diez pelis que me gustan. No quiere decir que son todas las que me gustan pero hacer una lista es complicada. El orden no afecta le decisión final.
1. A clockwork orange. Una maravilla de Stanley Kubrik, una locura. Como pa' fumar bareta.
2. American beauty. Una actuación espectacular de Kevin Spacey. Ganadora del Oscar. Con toda la crítica a las familias gringas.
3. In the mood for love. Como siempre Won Kar Wai.
4. Finding Nemo. Siempre digo que es la historia del evangelio: un hijo rebelde que se escapa y un Padre amoroso que no se cansa de buscarlo.
5. La Estrategia del caracol. No encontré el tráiler pero lejos una excelente película colombiana. Por no decir que la mejor.
6. 21 gramos. La segunda de una trilogía de González Iñárruti. Con unas actuaciones impecables de Benicio del Toro, Naomi Watts y Sean Penn.
7. Kill Bill. Ver como Tarantino convierte a las mujeres en asesinas, me apasiona.
8. Amelie. La película francesa más famosa. Es un fuente de alegría que va en ascenso hasta que todos nos damos cuenta que es una película con una trama sencilla pero absolutamente gloriosa. Ojalá el mundo fuera así.
9. Elephant. Gus Van San deleita con la primera película que me traumatizó por tres días.
10. Trainspotting. Sin palabras.
Les puse un hipervínculo si las quieren alquilar, bajar de internet o cualquier cosa que se les ocurra.
EL BAILE DE LUZ
A veces creo que a ella todo le ha tocado un poco más duro: sus estudios fueron difíciles, vivió con más dolor la separación de mis papás, se casó antes de tiempo y tiene un hermoso niño llamado Cristóbal.
Hace poco volvió a la universidad frente a tantos inconvenientes que hay. Estando en la universidad asiste a su clase vocacional de danza. La semana pasada la fui a ver. Era una gran celebración de fin de semestre con todos los grupos vocacionales. Vi teatro, cantantes desafinados y presentadores patéticos.
Sin embargo, el gran momento llegó: vería a mi hermanita baila samba.
Aún ahora no puedo describir completamente lo que vi. Fue encontrarme con esa niña que hacía lo que le gustaba y, además, lo hacía excelente. Quedé asombrado. Fue -tal como dijo mi mamá-, como si nunca la hubiera visto bailar en mi vida.
Se me había olvidado lo talentosa que es Vanessa al bailar. Viendo como llevaba, con dignidad, su pequeña ropa interior de baile y como al final, frente al asombro de todos, se abrió de piernas en un baile que me hizo sentir orgulloso.
Sí, estuve orgulloso. Y aún lo estoy. Puede ser que algunos lo consideren mundano y quizás lo es. Otros dirán que alguien que tiene un hijoo no debería hacerlo; talvez es cierto. Algunos me dirán que cómo podría estar orgulloso. Yo respondo que en realidad no lo sé y que lo estoy. Tal vez es por la manera en que enfrenta su vida. No lo sé. O porque aprendí a sentirme orgulloso de la gente que amo sin necesidad que ellos tengan vidas perfectas o hagan lo que sea bueno.
Entre otras cosas me transporté (como especie de flashback) a la época en la cual ella -Vane- danzaba en la iglesia. Recordé con cariño lo niña que era y que aún no pensaba tener un hijo. Pensé que el tiempo ha pasado tan rápido que no me he dado cuent, en muchas ocasiones, lo importante que son mis hermanos para mí.
Éste es un tributo a mi hermosa hermana Vanessa quien, en realidad, se llama Luz Vanessa.