Sheila es mi amiga hoy. El tiempo que pasamos en la universidad, es el tiempo que no quisiera olvidar. Con ella pasaba largas horas de ocio y de risa. Risa de felicidad, de burla, de la amistad. La compañía se volvió amistad y esta amistad en algo más profundo. Ella comenzó a reunir lo que yo esperaba de una mujer: Amaba al Señor, con un llamado, risueña, bonita, entre otras cosas. Creo que me entendió en mis momentos de locura y falta de fe. Sus llamadas me levantaban el ánimo. Era para mí lo más parecido al amor. Y supongo haberme enamorado.
No obstante lo anterior, no pasó más de eso. ¿Que si lo lamento? En momentos de soledad. ¿Que si ella cambiara de opinión ahora qué? No creo que ocurra nada. ¿Que si pudira cambiar el pasado? Lo haría; sin embargo, no se puede. Por eso sigo con mi vida y Sheila con la suya. ¿Que si la quiero? Sí, pero es sólo el cariño de la amistad y de las banquitas en la u. De las tarde cuando oramos juntos o cuando lloramos por las frustraciones de la bendita existencia. O talvez, cuando cantábamos juntos a Montaner o nos escapábamos para comer algo mientras hablábamos de la iglesia.
En estos días recordamos esos días y, sentí pesar por mí. Por las canas que caerán en mi cabeza, idealizar más de la cuenta, tomar decisiones incorrectas, dar más de lo que me pidieron y esperar más de lo que prometieron.
La quiero, es mi amiga. No sé si tanto como antes pero mi amiga. Puedo creer en ella aún, anhelo verla bien, deseo que se case y sea feliz y que tenga a Dios cerca.
Pensé en casarme con ella, pero ya ven, la vida no es así. En serio, ya no la quiero, pero cuánto la quise. Ya no la quiero, pero talvez la quiero. Es tan corto el amor y tan largo el olvido. (Malparafraseando a Neruda)
No obstante lo anterior, no pasó más de eso. ¿Que si lo lamento? En momentos de soledad. ¿Que si ella cambiara de opinión ahora qué? No creo que ocurra nada. ¿Que si pudira cambiar el pasado? Lo haría; sin embargo, no se puede. Por eso sigo con mi vida y Sheila con la suya. ¿Que si la quiero? Sí, pero es sólo el cariño de la amistad y de las banquitas en la u. De las tarde cuando oramos juntos o cuando lloramos por las frustraciones de la bendita existencia. O talvez, cuando cantábamos juntos a Montaner o nos escapábamos para comer algo mientras hablábamos de la iglesia.
En estos días recordamos esos días y, sentí pesar por mí. Por las canas que caerán en mi cabeza, idealizar más de la cuenta, tomar decisiones incorrectas, dar más de lo que me pidieron y esperar más de lo que prometieron.
La quiero, es mi amiga. No sé si tanto como antes pero mi amiga. Puedo creer en ella aún, anhelo verla bien, deseo que se case y sea feliz y que tenga a Dios cerca.
Pensé en casarme con ella, pero ya ven, la vida no es así. En serio, ya no la quiero, pero cuánto la quise. Ya no la quiero, pero talvez la quiero. Es tan corto el amor y tan largo el olvido. (Malparafraseando a Neruda)
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9 ¡Ajá, dime qué ves!:
Me hiciste llorar. Te lo juro que si. Creo que estamos conectados. La chispa aún no se ha perdido, yo escribo y al rato escribes tú.
Amigo, te quiero!!! Eres de las pocas personas, inclusive, aseguraría que la única que puede mirarme a los ojos y saber que tengo y que todo esta mal.
Voy a escribir algo especial para ti, tan especial como lo eres aún en mi corazón.
El problema con idealizar las relaciones es que cuando descubrimos que no tienen el color rosa que en nuestra mente le pusimos, ya estamos muy cerca del piso.
Dos mujeres, un camino? jajajaja
Creo que hay algo que no entiendo en tu comentario.
;P
jajaja nena, pues lo mio ya paso. Aunque pensandolo bien lo tuyo también!!
Si. Porqué ya no me baila un gusano en la tripa cuando suena el telefono y no escucho su voz...
Lo tuyo es algo diferente que po rel bien del cosmo espero que haya pasado.
jajajaja todavía no te convences? De por Dios!!!!
Amiga Zuriel: Las opiniones, al igual que algunos escritos, pasan a convertirse en retorica.
Digamos que es para que quede constancia. jeje.
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Porque al que se le conoce hoy como profeta se le llamaba vidente: